La cuarta parte de la
historia de La villa de las telas nos lleva hasta 1930 en Augsburgo. La
inflación desorbitante ha desaparecido, pero el país vive inmerso en una crisis
económica que no parece tener fin. Como telón de fondo, ya se oye hablar de
Hitler y su partido, pero solo como algo que está apareciendo.
La familia Melzer sigue
ocupando el centro de la saga, y sobre todo el matrimonio formado por Paul y
Marie, quienes siguen intentando sacar adelante la fábrica de telas y el
atelier de modas. Sus gemelos han crecido y ya son adolescentes, y el pequeño
Kurt también les da alegrías. Kitty y Lisa, las hermanas de Paul, siguen
casadas y criando a sus hijos, y también seguimos la vida de Tilly, la cuñada
de Kitty.
Por supuesto, no pueden
faltar las referencias a los empleados de la villa de las telas, sobre todo la
joven Liesl que sufre a su insoportable madre Auguste, y todos los que se
mueven a su alrededor, en la cocina y en el resto de la casa.
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