El nido del cuco

Camilla Läckberg vuelve con su serie de novelas que transcurren en Fjällbacka, protagonizadas por Patrik, policía de la isla, y Erica, escritora. Tienen tres hijos y una vida muy ajetreada, que se convierte en más agotadora aún cuando se descubre el cadáver de un fotógrafo de prestigio que iba a exponer en la isla. Fue asesinado durante la celebración de las bodas de oro de dos buenos amigos suyos, miembros de un círculo de amigos relacionados con las artes y las letras, élite cultural de Suecia.

En pleno duelo por dicha muerte, es asesinado el hijo de la pareja que celebraba las bodas de oro junto con sus dos niños de corta edad. Parece que los dos hechos están relacionados, y también con un suceso acaecido en el pasado, la muerte de una mujer trans y su hija, suceso que está investigando Erica para su próximo libro.

Un relato muy bien hilado, como todos los de Camilla Läckberg, que se ha hecho esperar.

Las madres

La cuarta entrega de la saga protagonizada por la inspectora Elena Blanco ahonda aún más en la personalidad de esta, en su evolución a lo largo de las novelas y en los fantasmas que recorren su mente.

Elena no se ha recuperado aún de los acontecimientos que se narraron en la novela anterior, y está tratando de agarrarse a algo sólido, en este caso La Nena, la niña maltratada cuya existencia dentro de una normalidad no está garantizada, debido a su traumática infancia.

De repente, aparece un cadáver cuyos órganos internos han sido extraídos y en su interior ha sido introducido un feto, previamente congelado, y que resulta ser hijo biológico del fallecido. Pero, ¿dónde está la madre?

Pocos días después, a muchos kilómetros de allí, aparece un nuevo muerto con características similares. Elena y su equipo temen que esto se convierta en una serie de asesinatos, y tratarán de detenerlos cuanto antes. No sin descubrir muchos secretos por el camino, secretos que también les afectarán a ellos…

Tan truculenta como las anteriores.

Madrid la novela

 

Un recorrido por la historia de Madrid desde el siglo XVI hasta nuestros días, a través de las vivencias de tres familias que llegaron a Madrid para ganarse la vida como cómicos y se instalaron allí.

Pasando por reyes mejores y peores, Madrid se transformó desde un poblachón sucio y maloliente, sin alcantarillado ni recogida de basuras, en una gran ciudad. Siglo a siglo, integrando siempre a todo el que allí llegó y se sintió inmediatamente madrileño, cuajando de anécdotas la historia. Y llegando hasta los inicios del siglo XXI, cuando Madrid se ha convertido ya en una ciudad cosmopolita y compitiendo culturalmente con las grandes capitales.

Les gustará sobre todo a los madrileños.

Cloruro de sodio

El Departamento Q se ve inmerso en una investigación que, como es habitual, viene de años atrás. En esta ocasión, descubren casi por casualidad que alguien está asesinando a personas que no actúan bien, pero que no han sido acusadas o condenadas por la justicia. Lo hace pasar por accidentes, y actúa cada dos años, regularmente.

El Departamento Q, en plena ola de contagios por COVID, en medio de un confinamiento muy restrictivo dentro de Dinamarca (y avanzando en medidas), tendrá que ponerse a trabajar a contrarreloj porque acaba 2020 y el plazo para un asesinato más está terminando. Es necesario identificar al autor de los crímenes. O autora.

Hijos de la fábula

 

Hijos de la fábula o Dos tontos muy tontos. No sé cuál puede ser el título adecuado para esta novela que habrá levantado suspicacias e indignado a más de uno.

Dos jóvenes vascos sin muchas luces pasan a formar parte de la banda terrorista ETA durante los estertores de la misma. Llevan poco tiempo en un caserío de Francia, donde han pasado a la clandestinidad tras irse de sus pueblos sin despedirse de familia, novia ni amigos. Pero sorprendentemente para ellos, la banda anuncia el final de la lucha armada. Y ellos se quedan allí, compuestos y sin banda.

La lógica les habría invitado a volver a sus pueblos, pues ellos no habían llegado a cometer ningún delito, pero sus mentes simples les permiten quedarse allí, en Francia, sin apenas dinero ni contactos. Ellos quieren salvar a la patria vasca, odian a las fuerzas de seguridad, a los españoles, y simulan atentados en algo que parece más un juego de niños que unas maniobras terroristas. De hecho, dan bastante más lástima que miedo.

El retrato de sus peripecias a lo largo del tiempo en el que tratan de formar una nueva banda terrorista, que sigue dando bastante risa, nos introduce en unas mentes vacías y que tristemente, puede que hayan formado parte de esta realidad.