La vida de varias personas
se ve irremediablemente unida por circunstancias trágicas.
Por un lado, Samuel fue un
niño judío en la Viena ocupada por los nazis, que salió del país sin su familia
tras la famosa Noche de los cristales rotos. Desarraigado desde entonces, pues sus
padres murieron en campos de concentración, es hoy un anciano viudo que apenas
se relaciona.
Leticia es una mujer de
mediana edad, procedente de El Salvador, que huyó de allí a consecuencia de la
matanza de El Mozote en 1982, donde murió toda su familia salvo su padre, quien
la llevó a Estados Unidos de manera ilegal. Allí se construyó una vida digna, y
hoy es la empleada doméstica de Samuel.
Anita es una niña de ocho
años, que ha huido con su madre de El Salvador. En la frontera con Estados Unidos
es separada de ella, y acaba en manos de los Servicios Sociales.
Afortunadamente, Selena, una joven trabajadora social, se interesa vivamente
por ella y conseguirá encontrarle una familia de acogida en el país, precisamente
una pariente lejana que resulta ser Leticia.
En plena pandemia del
COVID, Anita llega a la casa donde llevan conviviendo unos meses Samuel y su
empleada. En seguida dará y recibirá amor, pues ambos se volcarán con ella, una
desarraigada como ellos.
Maravillosos personajes
creados por la pluma y la imaginación de Isabel Allende, quien nunca defrauda.