Maravillosa novela que
retrata la culpa de manera magistral. Culpa que recae, merecidamente, sobre la
joven Briony.
La primera parte de la novela
cuenta, hora a hora y casi minuto a minuto, cómo transcurre un día de verano de
1935, excesivamente caluroso, en una casa inglesa. La familia está formada por
la madre, Emily, eternamente afectada por migrañas; el padre ausente; el
hermano mayor, Leon; la hermana mayor, enamorada sin saberlo, Cecilia; la
preadolescente fantasiosa Briony; la prima presumida Lola; los primos gemelos
traviesos. También importan para la historia que se nos revela el amigo
emprendedor, la mujer de la limpieza y, por supuesto, Robbie, el hijo de esta
última, también enamorado sin saberlo.
Briony sorprende en la
biblioteca un apasionado encuentro sexual entre su hermana y Robbie, y en su
morbosa imaginación lo transforma en una agresión sexual. Cuando esa misma noche
su prima es de verdad agredida en los alrededores de la casa, no duda en acusar
a Robbie del hecho: “yo lo vi”.
Años después, Robbie sale
de la cárcel para luchar en Francia durante la II Guerra mundial, Cecilia lo
espera tras romper con su familia por no apoyarlo en la falsa acusación de
Briony, y esta última ha comprendido que quizá se equivocó. La segunda parte de
la novela es un maravilloso relato de la huida hacia Dunkerque por parte de
Robbie. La tercera parte es ya la expiación de la culpa de Briony trabajando
como enfermera de guerra, así como escribiendo la novela que estamos leyendo.
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