En la catedral de una
ciudad ficticia irlandesa (afortunadamente ficticia) aparece asesinada una
trabajadora del Ayuntamiento. Poco después, uno de sus compañeros de trabajo
aparece también muerto en circunstancias sospechosas, no quedando claro si se
trata de suicidio o asesinato.
La inspectora Lottie
Parker, junto con sus más estrechos colaboradores, es la encargada de
solucionar un asunto que parece más enrevesado según van pasando los días.
Tiene que lidiar con la iglesia, que no es clara en absoluto, con hombres de
negocios que tratan de enriquecerse a toda costa, Y todo ronda alrededor de
Saint Angela, una institución de la iglesia que en los años 70 acogía a niños
huérfanos, madres adolescentes, bebés… y entre cuyos muros se cometieron
infinidad de abusos que ahora pueden salir a la luz.
La inspectora también
tiene que sacar adelante su casa, con una familia que se deshace por momentos:
su madre está peleada con ella y arrastra secretos también relacionados con
Saint Angela, su hija mayor comienza a salir con un joven que fuma hierba, sus
otros dos hijos pasan demasiado tiempo solos… El peligro se cierne sobre todos
ellos hasta llegar a un final trepidante y adictivo que no se puede parar de
leer.
Un gran descubrimiento recomendado por una compañera que sabe que me encanta este género.
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