La protagonista
de esta tercera entrega es la casa. La casa que Ellinor y Oscar recibieron como
regalo de bodas, con ocho años de retraso, por parte de Mary-Love. Frances, la
hija pequeña de ambos, tiene miedo de una de las habitaciones, pues está convencida
de que algo vive en una de las habitaciones. Y tiene razón.
Mary-Love
sigue coartando a su hijo Oscar, pues pretende que toda su riqueza se la deba a
ella. No sabe con quién está luchando, pues Ellinor ya no está dispuesta a
tolerar más a su suegra. Cuando esta organiza un viaje para casi toda la
familia y cae enferma repentinamente, Ellinor se encargará de cuidarla, en esa
misma habitación que tanto teme Frances…
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