No sabía que esta
tercera novela de Ruiz Zafón, dentro de la tetralogía de El cementerio de los libros olvidados, estaba tan íntimamente
relacionada con las dos anteriores. De hecho, el prisionero del cielo al que se
refiere el título es el protagonista de la segunda novela, El juego del ángel. Pero esta novela retoma a dos de mis personajes
favoritos. Uno de ellos es Daniel Sempere, el niño, luego joven, y ahora adulto
y padre, que protagonizó en La sombra del
viento la maravillosa aventura que dio inicio a esta serie. Y el otro es el
pobre desgraciado, siempre con la cabeza alta, y sufriendo desgracia tras
desgracia, que es Fermín Romero de Torres. Ahora comprenderemos sus miserias,
su vida en la posguerra española, su sufrimiento y cómo se empeña en vivir por
encima de todo.
Es una historia de
recuerdos, es la historia de la madre de Daniel y su relación con el prisionero
de la cárcel de Montjuich, de su muerte y de las razones de su muerte. Es una
historia que engancha, sobre todo por el cariño que ya le tenemos a estos
personajes, y que deja con ganas de saber más. ¿No es, al fin y al cabo, la
tercera parte de una tetralogía? Ya llegaremos al final.
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