Jeffrey Archer, como
casi siempre, logra una trama totalmente hilada y bien resuelta en esta novela
que transcurre a lo largo de una semana. En esta ocasión, la situación
internacional es diferente a la actual, con un Kennedy en el sillón
presidencial a principios de los años ochenta, que tiene la oposición de un
cierto sector del Senado debido a su interés por implantar un mayor control en
la tenencia de armas. Algo parecido a lo que sucede ahora, es un tema nunca
resuelto en los Estados Unidos.
Un camarero,
inmigrante ilegal, descubre accidentalmente una trama para matar al presidente
en la que está implicado un senador. Cuando trata de informar al FBI, sólo
consigue hablar brevemente antes de ser asesinado. Los conspiradores creen que
silenciando a dos miembros de esta entidad, el FBI, estarán a salvo. Pero no
cuentan con el joven protagonista de la historia, que a lo largo de una semana
y bajo la única supervisión del director del FBI, descubrirá la trama e impedirá
el asesinato, a la vez que se enamora de la hija de uno de los principales
sospechosos.
Como he dicho antes,
una historia ágil, entretenida y muy bien terminada.