sábado, 26 de octubre de 2013

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

Me habían recomendado este libro como un libro absurdo y divertido. Estoy totalmente de acuerdo. La historia, efectivamente absurda, es la siguiente: un señor que cumple cien años se fuga ese mismo día por la ventana de la residencia de ancianos donde vive. Se dirige a la estación de autobuses y entonces empiezan a suceder cosas, comenzando por la oportunidad de llevarse una maleta de un joven maleducado. Se la lleva, y la maleta está llena de dinero, y una cosa lleva a otra, y se refugia en casa de un desconocido, y el comisario les persigue, y se ven obligados a cometer algún crimen para escapar… Todo absurdo, como la aparición de un elefante en la historia, pero todo perfectamente hilado y haciendo comprender al lector que la vida es así y no podían actuar de otra manera.
La historia va saltando del pasado al presente, y a la vez vamos conociendo la historia de Allan, nuestro atípico protagonista, un niño sueco casi analfabeto y obsesionado con los explosivos, de hecho experto en explosivos. El niño crece y le pasan cosas, y él va tomando decisiones, o dejando que la vida las tome por él, que le llevan a comer, cenar o tomar café con una serie de líderes mundiales que van desde Franco hasta Stalin pasando por Harry Truman o Johnson.

Una historia rocambolesca, absurda, divertida y genial para pasar buenos ratos y hasta echar unas carcajadas.

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