Al finalizar Martiryum, la
inspectora Valentina Negro sufre una experiencia traumática cuyas secuelas se
dejan ver desde el principio de esta tercera novela. Una agresividad excesiva
hacia un violador de niñas hace pender de un hilo su futura carrera en la policía.
Con el fin de apartarla momentáneamente
de la primera línea, le es asignado un caso “frío”, la desaparición de una
mujer hace ya tres años. Valentina empieza a indagar, y casi a la vez, aparece
muerto un periodista de investigación amigo de Sanjuán, el criminólogo que
suele acompañarla en sus pesquisas. En poder de este periodista Sanjuán
encuentra un video snuff donde Valentina cree reconocer a su
desaparecida… El caso frío se ha vuelto caliente.
La investigación les lleva a
Ponferrada, Madrid, e incluso las ramificaciones de la trama de secuestro y
asesinato de mujeres con el fin de grabar videos de este tipo llegan hasta
Escocia y quién sabe qué otros lugares. Como siempre, la inspectora se meterá
en la boca del lobo y llegará hasta el límite para encontrar a los criminales.
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