La
segunda entrega de Jussi Adler-Olsen y su DepartamentoQ sigue la
línea de la primera. Un crimen antiguo, en esta ocasión con una
condena firme por parte de alguien que confesó. Dos adolescentes
muertos en la cabaña de su familia y una serie de agresiones que a
veces acaban en muerte, a veces no. Y un colegio muy elitista en los
alrededores, donde algunos de los internos parecen disfrutar haciendo
el mal…
Nuestro
atípico detective, Carl, sigue investigando casos que no han tenido
un final. En este caso, se lo ponen encima de la mesa a pesar de no
formar parte de su lote habitual. En seguida detecta lo extraño de
la confesión, a la vez que empieza a buscar a la cabeza pensante de
una extraña pandilla de amistades hechas en el colegio: una mujer
desaparecida hace años, que se ha convertido en una sin techo de
Copenhague.