Aunque no es uno de los libros más conocidos de
Jane Austen, yo lo he releído varias veces. Con la sagaz perspicacia que
caracteriza a la autora, va creando una serie de personajes a cuál más
particular.
Ana es una joven ya no tan joven según los estándares
de la época, pues a sus veintitantos años sigue soltera. Con diecinueve años,
huérfana de madre y muy distanciada emocionalmente de su padre y sus dos
hermanas, fue persuadida por una amiga de la familia para cancelar el
compromiso que había adquirido con un joven marino sin fortuna pero con un gran
porvenir. En aquel momento parecía una locura mantener un compromiso
ciertamente con pocas perspectivas de un final feliz.
Ana ha madurado, y nunca ha vuelto a enamorarse.
Cuando, casualmente, su antiguo enamorado vuelve a entrar en su entorno, comprende
que en realidad nunca dejó de quererle. Pero él parece indiferente, y Ana deberá
aprender a calmarse. Hasta que un penoso accidente que sufre la cuñada de su
hermana cambiará muchas de las cosas que parecían estar ya decididas en cuestión
de amores…
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