Había oído hablar hace tiempo del concepto de mansplaining, fenómeno
curioso pero que no me había planteado hasta ese momento. Consiste en la
capacidad, costumbre, de determinados hombres, de explicarle cosas a las
mujeres como si ellas no supieran de lo que está hablando. Explíquemelo como si yo fuera un niño de dos años.
Por supuesto, no estamos hablando de que te expliquen algo que no
sabes. De hecho, a mí me gusta, me encanta aprender cosas, me gusta que me
expliquen cosas que no conozco, sea un hombre o sea una mujer quien lo hace. El
concepto se refiere a cuando un hombre le explica a una mujer algo que esta ya sabe. Situación que las
mujeres conocemos y hemos sufrido muy a menudo, ciertamente sin ninguna
acritud, pero viéndonos ninguneadas por un hombre que quizá sabía menos que
nosotras.
Desde que escuché el término lo identifiqué con un hombre que
conozco, con el que tengo bastante trato por motivos laborales, y es el
paradigma de hombre que explica cosas.
De, hecho, a mí me ha explicado muchas, algunas que no sabía y muchas otras que
sí sabía, y le he visto explicar muchas cosas a las mujeres con las que ambos
trabajamos. Conocer este concepto me ha servido para esbozar una sonrisa e identificar
la situación. Es posible que no debiera bastar con esta sonrisa, quizá yo
debería decir: “no me expliques cosas que ya sé, no me des lecciones”. Pero no
considero mi labor cambiar a mi compañero.
Rebecca Solnit trata otros temas en este libro corto que consta de
varios ensayos, incluido el que da título al libro. Asuntos muy serios relacionados
siempre con feminismo, asuntos relacionados con la ocupación del espacio
público por las mujeres, la cultura de la violación, el crédito que se le otorga a una mujer agredida sexualmente y otros aspectos siempre
interesantes para aprender un poco más. A mí me gusta que me expliquen cosas
que no sé.
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