La tercera y última entrega (por ahora) dedicada a Antonia Scott y Jon Gutiérrez tiene un ritmo acorde con las anteriores.
El inspector Jon Gutiérrez ha sido
secuestrado y Antonia solo puede cumplir las órdenes que le llegan.
Afortunadamente, Jon aparece, pero con una bomba adosada a su columna vertebral
y con la amenaza por parte de White, el asesino despiadado que Antonia lleva años
buscando, de hacerla detonar. Para que esto no ocurra, deben resolver una serie
de “pruebas” en las que irán resolviendo diversos crímenes. Un condenado por
violencia de género podría no ser culpable, y de hecho Antonia y Jon lo averiguarán
en pocas horas. ¿Suficientes para salvar a Jon? Quizá sí, quizá no.
Un nuevo mensaje llega, y en esta ocasión el
crimen está a punto de cometerse. Correrán de nuevo, y el resultado será, como
es habitual agridulce… White cuenta con la colaboración de Sandra Fajardo, que pudo
ser Reina Roja y se quedó en un amago de ello.
La última prueba llevará a nuestros amigos a
la embajada británica, y mostrará la conexión que existe entre la conspiración
y la propia Antonia. Antonia es mucho más lista de lo que White cree, y hasta
el final no sabremos si es capaz de vencerle o no…
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