No había leído nada de
Patricia Highsmith, la llamada “reina del suspense” en un determinado momento,
así que decidí que ya era hora.
Tom Ripley es un joven
americano que vive a salto de mata, buscándose la vida pero sin tener oficio ni
beneficio. Cuando un acaudalado hombre de negocios le pide que vaya a Italia,
donde se encuentra su hijo Dickie, y lo convenza para regresar a Estados
Unidos, no duda en hacerse cargo de la misión. Al fin y al cabo, le va a pagar
el viaje a Europa…
Tom no consigue convencer
a Dickie para volver a casa, pero aun así entabla una buena amistad con él,
instalándose en su casa. Pero las cosas se van complicando entre ambos, hasta
que finalmente Ripley se encuentra en una encrucijada y comprende que su estilo
de vida, al que ya se ha acostumbrado al lado de Dickie, pende de un hilo… Pero
él tiene un extraño talento para salir adelante en la mayor parte de las situaciones,
con su excelente capacidad de fingimiento, y tendrá que aprovecharlo.
No es una novela negra, o
al menos empieza a serlo únicamente en las últimas cien páginas. Ninguno de los
personajes me ha convencido especialmente, cosa que necesito para engancharme a
una novela. Así que mi primer encuentro con Patricia Highsmith no ha sido muy
afortunado. Pero probablemente le daré otra oportunidad.
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