No recuerdo cuándo fue la primera
vez que alguna amiga me habló de La vecina rubia. Tiene que hacer
aproximadamente cuatro o cinco años. Yo estaba comenzando en Instagram,
básicamente para ver en qué consistía esa red social en la que mis hijos
comenzaban. Supongo que fue allí, aunque quizá pudo ser en Twitter o Facebook…
Me gusta su humor, me
gustan sus frases, con las que me siento muy identificada, por ejemplo, soy muy
dada a enviar correos sin el archivo adjunto. Una vez se lo mandé a
aproximadamente a mil padres y madres. Me encanta pensar que madrugar es de
guapas, pues según me voy haciendo mayor más madrugo. Y así con algunas otras
cosas…
Cuando hace un tiempo
comentó en las redes que iba a sacar una novela, supe que iba a leerla. Y no me
he equivocado. Es como esperaba: una historia fresca, divertida, a ratos
emotiva, a veces triste… Se lee rápido, yo he tardado apenas un par de días
durante este pequeño puente que acabo de disfrutar, a ratos perdidos en
habitaciones de hotel. Y se reconoce perfectamente a la vecina rubia. La
recomiendo para unas vacaciones en la playa. Sobre todo en Ibiza…
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