En pleno confinamiento (abril de 2020) la inspectora Manuela Mauri recibe una llamada telefónica. Un matrimonio ha aparecido muerto a tiros en su casa de Alcalá de Henares, y han sido encontrados por Carlota, la hija del hombre asesinado.
Cuando se persona en el
domicilio, encuentra a una joven muy peculiar. Atractiva e inteligente, tiene
totalmente encandilado a su subalterno. Cuenta lo que vio al llegar a casa, y
también cuenta que ella no estaba en casa pues se había ido a una fiesta con
otros nueve amigos, incluso saltándose el confinamiento.
Según Manuela Mauri y sus
subalternos van avanzando en las circunstancias familiares y económicas de la
pareja, el caso parece no tener respuesta. Pero siempre hay algunos hilos de
los que tirar.
Como fondo, la situación personal de la inspectora, siempre atenta a sus dos hijos y a su novio. Y también como fondo, la novela de Arturo Barea La forja de un rebelde, que por cierto no he leído pero tengo intención de leer después de acabar con, una vez más, una buena novela policíaca, creíble, que nos lleva a los tiempos que todos queremos olvidar cuando estaba prohibido salir de casa…