Justo al finalizar la novela
anterior, Roberto Fuentes es requerido por parte del FBI para colaborar en una
serie de crímenes que están sucediendo allí. Alguien está violando y asesinando
a jóvenes indígenas arrancándoles el corazón. El agente Ayala ha oído hablar del “don” de
Roberto, y cree que puede ser de ayuda.
En cuanto Roberto llega a Estados
Unidos conoce a un indígena que le ayuda a conectar mejor con el mundo de los
espíritus. El resultado será algo que Roberto no conoce ni sabe cómo funciona,
pero que le sirve para saber qué sintieron tanto los muertos como los asesinos,
y la información es esencial para resolver el caso.

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