lunes, 1 de diciembre de 2025

Las intermitencias de la muerte

 



Novela extraña, enormemente original. Creo que es la primera que leo de Saramago. La primera frase es la siguiente: Al día siguiente no murió nadie. Y al siguiente tampoco, y al siguiente tampoco… En un país del cual desconocemos el nombre, no muere nadie durante siete meses. Los problemas que se generan son enormes, desde el cuidado de los enfermos terminales hasta la quiebra de las funerarias o de las compañías de seguros de vida.

La muerte es un personaje de esta novela, primero solo como un esqueleto andante pero no visible, que se mueve entre los humanos sin ser vista. Pero poco después de transcurridos los siete meses, cuando las muertes ya están de nuevo en cifras normales, se da cuenta de una cosa: hay un hombre, violonchelista de profesión, que debería haber muerto ya, y no lo ha hecho. La muerte ha cometido un error, y tratará de subsanarlo. Para ello deberá tomar aspecto de mujer, y convertirse, aunque no sepamos por cuánto tiempo, en una persona de carne y hueso para trabar conocimiento con el músico.

Repito, muy, muy original.

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