La vida después de la II Guerra Mundial en Alemania fue un
escenario de esperanza tras la debacle. En este mundo de posguerra Michael
Berg, un adolescente nacido durante el conflicto, vive, estudia y se hace
hombre de la mano de Hanna, una mujer mayor (treinta y seis años) que le inicia
en el sexo y de la que acaba enamorándose. Comparte con ella las lecturas en
voz alta que él realiza para que ella escuche. Pero Hanna desaparece, y Michael
no logra superar nunca el fin tan extraño que tuvo la relación.
Más tarde, durante sus estudios de Derecho, Hanna vuelve a
aparecer en su vida al ser acusada de crímenes de guerra como guardiana de dos
campos de concentración. Michael es testigo de todo el juicio y comprende que
Hanna es analfabeta y no puede ser responsable de todo lo que se le achaca. Pero
ella nunca confesará esta circunstancia, y es condenada.
Michael arrastrará toda su vida los recuerdos que esta relación
le dejó, y aunque posteriormente mantenga el contacto con ella, por medio de
sus lecturas grabadas, la historia no tiene un final feliz.
Una novela bien llevada, bien escrita y que recoge los dilemas
morales que en la Alemania de los años sesenta se plantearon en relación con la
responsabilidad de los que colaboraron con el régimen nacional socialista de
Hitler.
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