Los últimos libros que he leído eran demasiado serios, y esta vez
he optado por puro entretenimiento. Esta novela de Suzanne Collins recrea un
mundo diferente, donde la sociedad actual ha desaparecido (sin saber nunca la
razón) y Norteamérica está dividida en el Capitolio (que manda) y doce
distritos (que básicamente sirven y obedecen). Para recordar quién manda, cada
año se organizan los Juegos del Hambre, donde un chico y una chica de entre
doce y dieciocho años de cada distrito compiten por su vida, hasta un total de
veinticuatro participantes, en unos juegos sádicamente brutales: sólo uno podrá
ganar y el resto acabarán muertos. La elección de los participantes es
aleatoria.
La historia es buena y engancha. Se cuenta desde el punto de
vista de Katniss, una chica del distrito 12, que participa en los juegos. Toda
la serie de alianzas, brutalidades, estrategias, que son previsibles en una
competición de estas características aparecen aquí. Una buena lectura para el
verano.
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