Nicolas Barreau nos introduce
en la piel de un experto en arte que vive y se mueve en París. Su vida es
medianamente normalizada hasta que un día aparece en su buzón una carta de
amor. Una carta que parece haber salido directamente del siglo XVIII y que le
seduce inmediatamente.
La carta es
contestada a una dirección de correo electrónico, y a partir de ese momento
nuestro protagonista no pensará en otra cosa que en la identidad de su
misteriosa admiradora.
Una novela amable,
sencilla y sin grandes pretensiones que hace pasar un buen rato y dar un
agradable paseo por París, por sus restaurantes, rincones y puentes.
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