El verano es muy dado a leer cosas
que si no, nunca habrían caído en mis manos. Me llamó la atención el título de
esta novela, y creí que podía dar más de sí. Una vez terminada, he de decir:
nada.
Una joven vive y trabaja, y en el
mientras tanto satisface sus instintos teniendo una gran cantidad de encuentros
sexuales esporádicos. En principio, nada chocante, salvo la facilidad para
encontrar oportunidades, incluso con desconocidos. Pero la ninfómana se
convierte en una joven enamorada y deja de tener este tipo de relaciones
casuales, se va a vivir con su pareja y parece que todo cambiará. Acaba
maltratada por un cocainómano, con infinidad de deudas y encontrando la única
salida en la prostitución de alto standing.
Una novela lamentable y que no
aporta absolutamente nada.
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