Rachel es una joven alcohólica,
recién divorciada tras abandonarla su esposo por otra mujer. Además, ha perdido
su trabajo. Pero a diario coge el tren, simulando ante su compañera de piso que
sigue trabajando. Pasa el día en bibliotecas, paseando, y vuelve a su piso. Y así
van pasando los días.
Su trayecto en tren le hace pasar
todos los días frente a su antigua casa, donde sigue viviendo su exmarido con
su actual esposa y su pequeña hija. Rachel observa, y también observa las casas
a su alrededor. Incluida la de una pareja que ella considera ideal, llegando
incluso en su imaginación a ponerles nombres ficticios e inventarles una vida.
Un día, una joven desaparece. Y es
la mujer de la que Rachel ha montado una vida imaginaria. El principal
sospechoso es el marido, pero Rachel sabe algo que nadie más sabe, porque ella
ha visto, ella ha observado su casa durante mucho tiempo… Pero es una alcohólica, un testigo poco fiable
para la policía.
Esta novela, un verdadero éxito de
ventas gracias al boca a boca, no ha acabado de convencerme. La historia no es
mala pero los personajes no están bien definidos, y no siento ninguna empatía por ninguna de las
tres protagonistas (Rachel, la desaparecida y la mujer de su ex)…
No hay comentarios:
Publicar un comentario