domingo, 22 de mayo de 2016

Estaciones de paso


Almudena Grandes, en esta ocasión, no ha escrito una novela. Son cinco relatos cortos independientes, con protagonistas diferentes que no tienen que ver unos con otros.
El primero, Demostración de la existencia de Dios, es una historia tristísima contada en primera persona por un adolescente. Su hermano acaba de morir de leucemia, y habla con Dios para pedirle algo muy sencillo: el Atleti debe ganar al Real Madrid. Durante las páginas del relato, aprendemos a querer a este pobre adolescente.
Tabaco y negro es la historia de una joven nieta de un afamado sastre de toreros, que tras fallecer su abuelo se encuentra perdida.
El capitán de la fila india es un recorrido por la infancia del miembro de una acaudalada familia numerosa, que tras el paso de los años ha dejado de ser una familia, y los miembros han dejado de ser lo que eran.
En Receta de verano, una joven adolescente cuyo padre vive en caso en estado vegetal, trata de hacer el plato favorito de su padre una vez tras otra, mientras va convirtiéndose en mujer.
Y por último, Mozart, Brahms y Corelli es la historia de un joven estudiante de Bachillerato y de música, que sueña con ser compositor, gordo, feo y con gafas, que mira a las prostitutas de la Casa de Campo y sueña con una de ellas.

Un conjunto de relatos bien hilados y bien narrados, como suele hacer Almudena Grandes. Mi favorito, indiscutiblemente, el primero. Eso sí, me harté de llorar con el adolescente atlético y triste.

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