El título de este libro me llamó la atención. Por
eso lo empecé. Al parecer, el morbo gótico era, en época de los reyes godos,
una práctica que consistía en al rey para ocupar su lugar.
La historia comienza con Nicolasa, una joven psicóloga
madrileña afincada en Lisboa con su marido Nuno, policía en esta ciudad. Nicolasa
está regular de la cabeza, y arrastra traumas infantiles relacionados con su
padre, eminente psiquiatra en Madrid, y su madre, en estado vegetal desde que
Nicolasa tenía ocho años. Sus miedos y ansias son tales que acaba sospechando
de la infidelidad de Nuno, quien no le da motivos para ello, la quiere y quiere
formar una familia.
Mientras tanto, un asesino en serie está actuando
en Lisboa, y los cuerpos sin vida se van acumulando en diversos lugares de la
ciudad. Las mujeres muertas han sido salvajemente mutiladas, y no parece haber
ninguna relación entre ellas. El asesino parece elegirlas al azar, y Nuno,
encargado de la investigación, solicita la ayuda de Nicolasa para elaborar un
perfil.
Nicolasa se va obsesionando cada vez más con la
posibilidad de otra mujer en la vida de su esposo, y finalmente, se convence de
que éste va a intentar matarla. Muy bien de la cabeza no está, ya lo dije
antes. Finalmente, en un par de escenas finales bastante tensas, se resuelve el
asunto y efectivamente, el morbo gótico está a punto de ser llevado a la práctica.
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