domingo, 30 de octubre de 2016

El crimen del vendedor de tricotosas


El título de esta novela llama la atención desde el momento en que cae en tus manos. Tricotosas, qué antiguo suena... Cuando empiezas a leer, casi desde el primer instante sientes simpatía por el protagonista, que habla en primera persona. Mezclada con ganas de sacudirle un poco, todo hay que decirlo, y aconsejarle que espabile.

Daniel es un joven treintañero que nunca ha hecho nada importante con su vida. Todo ha sido por inercia, incluido estudiar, casarse y encontrar un trabajo. No ha salido, salvo por razones laborales, de su Santander natal. Cuando, siendo comercial de tricotosas, se encuentra por razones de trabajo en Madrid y se ve obligado a cometer un crimen, todo su mundo echa a temblar. Pero no tiene muchos remordimientos, simplemente necesita salir del atolladero y por lo pronto, librarse de un cadáver.

Pero las cosas nunca son tan sencillas. Cuando aparecen testigos tiene que ocultarse, y ¿qué mejor manera que parecer un zombi? Cuando una banda de nazis le persigue tiene que escapar, y ¿qué mejor manera que atizarle un planchazo al perseguidor?

Situación tras situación, la vida de Daniel va enredándose cada vez más, convirtiendo esta semana en la peor semana de su vida. Pero la realidad es que a nosotros nos arrancará carcajada tras carcajada, pues estamos hablando de una novela negra con unos toques de humor magistrales. Probablemente, lo más divertido que he leído en los últimos tiempos. Con un componente crítico hacia la sociedad de la información, el periodismo basura y los políticos de turno. Absurda y genial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario