La historia de amor de Cristela y Attua nos lleva por un recorrido
por el siglo XIX español. Ambos son de Albort, un pueblo pirenaico limítrofe
con Francia. Los padres de Attua llevan los baños de la localidad, realmente
con poca fortuna, hasta que el padre es asesinado y Attua se ve obligado a
continuar con la tarea y renunciar a sus sueños de estudiar en Madrid.
Cristela es una joven huérfana y sueña con casarse con Attua, pero
las circunstancias derivadas del asesinato de su futuro suegro harán que su
sueño no pueda hacerse realidad. Tras presenciar un asesinato, huye a Francia y
allí hará su vida, casándose y teniendo hijos, pero siempre amará a Attua. Este,
por su parte, creerá que Cristela ha muerto y también se casará y tendrá hijos,
no olvidándola jamás.
A lo largo de unos años muy movidos desde el punto de vista político
en una España conflictiva, los dos jóvenes (que se irán haciendo mayores) vivirán
una serie de encuentros y desencuentros que les harán más infelices que
felices, siempre con el trasfondo de la vida en los Pirineos y el negocio de
los baños termales.
Luz Gabás vuelve a narrar una historia de amor imposible, aunque
he de reconocer que Palmeras en la nieve
me impactó más. Quizá tenga que ver con que Attua comenzó a enamorarme y luego
me desencantó un poco…
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