Leí esta saga hace cuatro años, y ahora, tras un final de verano
en el que la serie televisiva ha hecho estragos, he decidido volver a leerla
para luego ponerme con la serie. Mi memoria no es muy buena, leo mucho y a
veces me cuesta recordar.
Las tierras de Poniente, los Siete Reinos, están gobernados por
Robert Baratheon, quien ganó su corona en una guerra hace quince años. La
corona le fue arrebatada a los Targharyen, descendientes de dragones, y aún hay
por el mundo alguno de sus descendientes. Daenerys jugará un papel importantísimo
en la saga.
En Invernalia son buenos, son la familia Stark, duros y honrados,
viven en el norte y son los guardianes del Norte. Ned Stark, el señor de Invernalia,
es un gran amigo del rey Robert, y le ayudó a conquistar su corona. Cuando
Robert necesita ayuda, se la pide a su buen amigo, quien acepta convertirse en
la Mano del Rey (el ejecutor de sus órdenes) aunque sabe que sólo le causará
problemas.
La reina, Cersei Lannister, es malvada, ansía el poder y es la
amante de su hermano Jaime. De hecho, sus tres hijos son hijos de su hermano y
no del rey. Con la familia Lannister (su hermano Jaime, su hermano Tyrion, un
inteligente enano, y su padre), conspiran para hacerse con el reino.
Ned va a la corte a servir a su rey, llevando con él a sus dos
hijas, una de ellas prometida al despótico heredero del trono, Joffrey. Todo se
torcerá rápidamente; la vida en Desembarco del Rey, la capital del reino, está
plagada de traidores.
El bien contra el mal, con un final sorprendente y ante el cuál sólo
podemos pensar que nadie está libre de morir en Juego de tronos. Ni de nacer.
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