Había oído hablar de este nuevo libro de Carlos Zanón últimamente,
y las referencias que me llegaban eran buenas. Comencé a leerlo con mucho interés.
Es un retrato muy fidedigno de la Barcelona actual, desde el punto de vista de
un taxista insomne, taciturno y lector empedernido.
Durante una semana de su vida, relatada día a día, toda su rutina
se vendrá abajo. Por un lado, su abuela Lucía ha muerto y lo que sucede con sus
cenizas son parte del relato, con todo lo que conlleva de relaciones familiares
con sus padres y hermano. Por otro lado, su amiga y compañera de trabajo Sofía
se encontró con un problema en su taxi, problema que arrastrará a ambos
taxistas a los ambientes más sórdidos de la noche barcelonesa. Y en último
lugar, aunque no menos importante, su matrimonio se está hundiendo, tocando
fondo, principalmente a causa de sus continuas infidelidades, y él no es capaz de
ni siquiera afrontarlo.
Creo
que me ha faltado para llenarme por completo con esta novela, estupendamente
escrita y con unas maravillosas referencias musicales, cogerle un poco de
cariño, o al menos de simpatía, al protagonista. Pero no puedo evitarlo, me ha
parecido un cobarde y un inmaduro, huyendo hacia adelante, sin afrontar ni su
crisis matrimonial ni su crisis existencial. Me alegro de no conocerlo
personalmente.
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