lunes, 29 de enero de 2018

Historia de una escalera


Estupenda y brevísima obra de teatro que leí hace probablemente treinta años, y que hoy he vuelto a leer tras ponérsela a uno de mis hijos como lectura obligatoria en el instituto. La historia de esta escalera de vecinos es la historia de las ilusiones y las desilusiones, los romances y las pérdidas, las grandes expectativas y los grandes batacazos.
La historia se desarrolla en tres actos. En el primero, Carmina y Fernando son dos jóvenes atractivos. Están enamorados, y Fernando convence a Carmina con su labia de que ascenderá en la vida y conseguirá un futuro mejor para ambos. Pero Fernando ya se ve que es un vago, y Elvira, joven pudiente que también vive en la escalera, anda tras él. Por otro lado, está Urbano, joven sindicalista y también secretamente enamorado de Carmina.
En el segundo acto, diez años después, Elvira y Fernando están casados, tienen un bebé y no se llevan bien. Tras fallecer el padre de Carmina, Urbano le pide en matrimonio, cosa que ella acepta aunque está claro que sigue secretamente enamorada de Fernando, quien la dejó por Elvira por un tema meramente económico.
En el tercer y último acto, veinte años más tarde, Fernando hijo y Carmina hija, descendientes de los protagonistas del primer acto, están enamorados. Sus padres les prohíben verse, pues las relaciones entre ambos matrimonios son tensas. El telón baja con ellos haciéndose exactamente las mismas promesas que sus padres treinta años antes.
Una pequeña maravilla en tres actos.


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