Cargada de todos los prejuicios de la época,
Mansfield Park es una típica novela de Jane Austen, novela de época, con
personajes bondadosos y entrañables así como algunos no tan amables.
La protagonista indiscutible de la historia
es Fanny Price, una joven sin fortuna cuya madre “casó mal”. Es conveniente
decir que en casi todas las novelas de Jane Austen, casarse mal consiste
básicamente en casarse con una persona sin fortuna, aunque haya amor de por
medio, y la consecuencia casi inmediata es las estrecheces económicas, desembocando
en falta de amor. Aunque mucho más antiguo que “la pobreza entra por la puerta,
el amor salta por la ventana”, en esencia es lo mismo.
Fanny es hija de una joven que optó por el
amor y se encontró viviendo con dificultades y con una gran cantidad de hijos.
Al tener hermanas con mejor fortuna, una de ellas, lady Bentram, decide
acogerla en su casa cuando tiene diez años y criarla junto con sus hijos. Aunque
en principio esto fue así, lo cierto es que siempre se le hizo saber a Fanny,
con palabras y hechos, que ella no era una igual a sus primas, sino bastante
inferior a ellas, y Fanny aprendió a vivir así y a sentirse agradecida a su
familia por sus favores.
La historia narra aproximadamente un año en
la vida de estos jóvenes primos: Tom, el mayor, arrogante e irresponsable;
Edmund, destinado a ser clérigo, amable y el mejor amigo de Fanny; María,
elegante, bella y caprichosa; Julia, no tan hermosa y siempre segundona de su
hermana; Fanny, la prima pobre.
Cuando a la vecindad llegan dos jóvenes,
hermanos de la esposa del clérigo, en seguida entran a formar parte de la
cotidianidad de los Bertram. Ella es Mary Crawford, bella, simpática y
chispeante; él es su hermano Henry, un conquistador sin escrúpulos. Ambos ricos
e independientes.
Sobre esta base, Jane Austen es capaz de
crear una trama excelente, como ya he dicho antes, cargada de prejuicios
sociales pero fiel retrato de una época que ya pasó.