domingo, 25 de agosto de 2019

La hija del relojero



Kate Morton suele enredarnos en historias que llevan a lo largo del tiempo buscando la resolución de un misterio. En esta ocasión, una joven de la época actual, que trabaja en los archivos de un filántropo llamado James Stratton, encuentra un bolso con un retrato y un cuaderno de bocetos que le encandilarán. Se convertirán para ella en una obsesión, pues siente que forman parte de su pasado.
Por otra parte, está la historia del pintor Radcliffe, que formó parte de la Hermandad Magenta y que en el año 1862 vivió un verano inolvidablemente trágico en una casa de campo cuya historia impregna la novela entera.
Y, por supuesto, el hilo conductor es un espíritu que se encuentra en la casa y que ha permanecido allí durante muchos años, que sabemos que es una joven llamada Birdie pero cuyo verdadero nombre no figura en ninguna de las crónicas de esos días.
Una serie de personajes entrarán y saldrán de la novela, que no es lo mejor de Kate Morton pero está bien escrita y engancha.

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