Eslava Galán vuelve a encandilarme con su
particular manera de contar la historia. A través de pequeñas anécdotas,
chismes pero también realidades puras y duras, se adentra en la historia de nuestra
Guerra Civil. Y efectivamente no nos cuenta una historia de buenos ni malos; no
hay héroes, salvo quizá alguno anónimo y siempre observado desde un punto de
vista un tanto hilarante.
La historia de cómo un general bajito, que no
gustaba a la mayoría, fue capaz de erigirse en Generalísimo de un ejército; de
cómo se le encumbró hasta hacerle parecer un dios; de cómo el ejército de
Pancho Villa que tenía enfrente se fue desmoronando, debido básicamente a la
indisciplina y a la libertad y libertinaje; en suma, de cómo las dos Españas se
enfrentaron sin saber muy bien por qué. Contada de tal manera que, efectivamente,
ni gustará a los que perdieron ni gustará a los que vencieron.
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