Estoy totalmente enganchada a esta trilogía.
El inspector David Vázquez está locamente enamorado de Irene, quien se ha
quedado viuda hace unos meses tras matar a su maltratador marido. Pero la cosa
no quedó ahí, sino que también mató a su cuñada, que sospechaba algo turbio en
dicha muerte, y en esta segunda entrega volverá a matar para protegerse.
Pero el inspector no sabe nada de esta faceta
de su amada, y está totalmente metido en su trabajo, que en esta ocasión será
desentrañar el homicidio del presidente de un banco de la ciudad. Las cosas se
complicarán cuando el vicepresidente sea también asesinado con la misma arma, y
comenzará la búsqueda del asesino, primero en la familia del primero y, poco
después, en el entorno de las altas finanzas.
Me encanta el inspector Vázquez, y lamento
infinito la mala suerte que ha tenido, con lo buena persona que es. En la
primera entrega, también le tenía algún aprecio a Irene (este aprecio
desapareció cuando asesinó a su cuñada) pero ahora no puedo por menos que
desear que la cojan. A ver si en la tercera entrega todo sale bien… La devoraré
también.
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