Intriga en estado puro. ¿Qué sucedió con Miranda
Huff? Quién sabe…
La información va llegando a cuentagotas. Por
un lado, Ryan Huff va contando su historia, desde sus inicios en la universidad
y sus sueños de ser un gran guionista, su historia de amor con Miranda y, por
supuesto, su amistad con su mentor James Black, director de cine cuyo gran
éxito La gran vida de ayer fue Óscar
en 1982 (que nadie busque esta película, no existe, para algo está la ficción).
Por otro lado, Miranda Huff también va
contando su historia, cómo conoció a Ryan, sus primeros momentos, su vida en
común, y aunque detectamos algo escondido, no sabemos muy bien qué es lo que no
cuadra. Sabemos, eso sí, que va a desaparecer.
Y por último, tenemos una historia antigua,
de 1976, que tiene que ver con el gran James Black y sus inicios en el cine, la
primera versión de La gran vida de ayer
y su extraña relación con su amigo de la universidad Jeff, quien ha acabado
desfigurado y como conserje en el campus.
Por supuesto, todo está conectado, y según
avanzamos vamos conociendo más a Ryan. Y viendo que es bastante mal esposo, y
quizá incluso mala persona. Pero ¿es el responsable de la desaparición de
Miranda? Parece que no, y por eso la historia se va enredando y desenredando
hasta que finalmente todo queda explicado de una manera magistral. Que nos
convenza o no el final, eso queda a gusto del lector.
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