miércoles, 29 de enero de 2020

Aguas oscuras



Tercera entrega de la investigadora Erika Foster, que en esta ocasión ha sido degradada y no ocupa el cargo que debiera ocupar, ni investiga los casos que debería investigar. Después de discutir con sus superiores al finalizar la segunda novela, ahora se dedica a la investigación de tráfico de drogas.
Pero buscando un alijo, encontrará algo que no esperaba: los restos de una niña desaparecida veintiséis años atrás. La familia de la niña quedó destrozada tras el triste suceso, sobre todo porque jamás consiguieron pasar página, ni los padres ni los hermanos.
Pero parece que, aunque es un caso antiguo, sus consecuencias derivan hasta hoy. En seguida empiezan a suceder cosas extrañas y vemos que hay una mano negra que intenta averiguar qué pasa y qué sabe la policía.
Mientras tanto, Erika Foster sigue llevando como pueda su sentimiento de culpabilidad por la muerte en acción de su esposo, y sigue teniendo una relación poco amigable con sus colegas. Lo que no impide que siga siendo una magnífica investigadora, por supuesto.

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