Dejamos a Antonia Scott hace un tiempo,
recién terminado el secuestro de una joven y del hijo de la propia Antonia.
Este caso la dejó tocada, y desde entonces busca a la mujer que escapó.
Pero en esta ocasión, Mentor envía a Antonia
y a Jon Gutiérrez a la costa malagueña para encontrar a una joven que ha
escapado de un intento de asesinato, tras haber sido asesinado su marido. Lola,
que así se llama la joven, no aparece, y está sola, sin dinero y embarazada.
Las razones por las que Mentor les envía allí son, como siempre, extrañas y
ocultas.
Antonia y Jon se implican en el asunto y van
averiguando cosas muy interesantes sobre la joven fugada, sobre su esposo
muerto, su entorno de mafias rusas y, sobre todo, aprenderán a entenderla y a anticiparse
a sus pasos.
Por el camino, Antonia está cada vez más
desequilibrada y más dependiente de las drogas creadas exprofeso para que su
mente funcione en momentos de ansiedad. Jon lo ve y no puede ayudar.
Me gustó más Reina roja, para qué engañarnos,
quizá por la sorpresa de conocer a Antonia. Pero es cierto también que esta
novela matiza los caracteres de Antonia y de Jon, y nos pone en puertas de una
tercera que espero ansiosamente.
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