John Verdon nos maravilló hace unos años con Sé
lo que estás pensando, y desde entonces el detective David Gurney ha sido
recurrente dentro del mundo de las novelas policíacas. Yo había dejado a este
detective un poco de lado, pero cayeron en mis manos las dos últimas entregas y
aquí estoy, en este caso con la sexta.
El mundo rural, dentro de un pueblo donde los
ánimos están exaltados, es analizado minuciosamente por Gurney. Hace un año se
produjo un asesinato de un joven de color a manos de la policía, policía que no
parece respetar las reglas de la presunción de inocencia sobre todo cuando el
posible inocente no entra dentro de sus cánones de “buen ciudadano”. A partir
de ahí, el pueblo de White River ha ido enrareciendo su ambiente, cos que se complica
definitivamente cuando un policía es asesinado en medio de una manifestación. El
fiscal pedirá la ayuda de nuestro detective, pero será sobre todo la petición
de la viuda desconsolada la que definitivamente le hará decidirse, con el beneplácito
de su esposa, para intentar desentrañar la madeja.
Muy buena novela, con muy buen final, y que
retrata una vida en la América rural y profunda que quizá no conocemos en
Europa lo suficientemente bien.
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