Había leído sobre las novelas de Blas Ruiz Grau, pero hasta ahora no había caído en mis manos ninguna de ficción (sí leí hace un año aproximadamente ¡Que nadie toque nada!).
En un pueblo donde nunca pasa nada, Mors,
situado en la provincia de Alicante, se suicida un hombre. Su hijo, Carlos, se
persona allí con el fin de solucionar los trámites habituales, aunque hacía
muchos años que no veía a su padre ni hablaba con él. Lo que parecen ser en
principio unas cuantas horas, se convierten en días cuando empiezan a suceder
cosas extrañas. La primera de las cuales es la desaparición de los ojos del cadáver
y su envío al propio Carlos…
Pronto muere asesinado otro vecino del
pueblo, también mutilado, y uno más… los crímenes se suceden, y dos jóvenes
inspectores de policía recién llegados a la provincia serán los encargados de
resolverlo. Pero hay mentiras de por medio, secretos antiguos y para terminar
de complicarlo, un asesino despiadado e imitador. ¿Qué podemos esperar? Tensión
y sorpresas…
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