He continuado con la saga de David Gurney. En
esta ocasión, el detective se ve inmerso en una historia muy extraña: en un
pueblo cercano, supuestamente un lugar idílico para vivir, de gente con mucho
dinero, muere un anciano asesinado. Un intruso ha entrado durante la noche y le
ha seccionado la yugular. Todos los indicios apuntan a un joven de la
localidad, un montón de huellas dactilares dejadas en el lugar del crimen se
corresponden con las de este joven, un “chico malo” de la localidad. Pero hay
un problema en esta acusación: el joven falleció accidentalmente hace un día,
al caer de un tejado tras ser alcanzado por un rayo.
El jefe de policía de la localidad, antiguo
compañero de David Gurney, solicita su ayuda. La madeja se irá enredando cada
vez más, y según van resolviéndose asuntos, otros salen a la luz, hasta el
punto de que Gurney va a cambiar de enfoque en varias ocasiones.
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