Comienzo el año tal y como
lo terminé, dedicándome a Robin Cook y sus thrillers médicos. En esta ocasión,
me ha decepcionado un poco, pues no era tanto un thriller como la búsqueda del
Santo Grial, casi…
La doctora Laurie Montgomery
y el doctor Jack Stapleton han sido padres. Desgraciadamente su hijo JJ padece
una grave enfermedad, un neuroblastoma, variedad de cáncer infantil. Está siendo
tratado pero el niño sufre, llora mucho, y las perspectivas no son nada halagüeñas.
Laurie permanece de baja, cuidando del bebé, y Jack se refugia en el trabajo.
Por otra parte, dos
antiguos compañeros de universidad de Jack son hoy el arzobispo de Nueva York y
un eminente arqueólogo. Una disputa sobre ciertos restos enterrados en Roma,
quizá pertenecientes a la Virgen María, acabará con Jack en medio. Pero, ¿hay
algo de verdad en la curación por las manos de una descendiente directa de la
Virgen? ¿Y hay algo de verdad en la medicina alternativa? Esta y otras preguntas
son la que se plantean en esta novela, que tiene una estructura muy diferente a
las anteriores novelas de Robin Cook protagonizadas por estos forenses.
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