Tras leer la última novela
de Pérez Reverte me entró el gusanillo de Sherlock Holmes. De niña he leído
algún relato corto, pero no recuerdo haber completado la serie. He comenzado
por la presentación del mito, cuando Sherlock y el doctor Watson se conocen y
comienzan a compartir vivienda.
Todo lo narra el doctor Watson
en primera persona, desde su sorpresa al conocer a un ser excéntrico como
Sherlock Holmes, hasta su afán por conocer mejor sus hábitos y su curiosidad
por esclarecer algunos de los rasgos de su carácter. Es arrastrado desde el
primer momento, como compañero de piso, para conocer los pormenores del
asesinato perpetrado en una casa abandonada, allí donde Sherlock comienza a
demostrar a dónde le lleva su pensamiento lógico.
En cierto momento de la
novela, parece que comienza otra. Las desdichas de un hombre en el desierto
americano parecen no tener nada que ver con el Londres que nos describe Arthur
Conan Doyle, pero la historia avanza y comprendemos finalmente cuál es el
motivo del crimen inicial así como del segundo. Crímenes narrados de manera
magistral por el autor, que por algo es un maestro del género.
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