Elvira Sastre nos cuenta esta historia en primera persona, y al parecer basada en una experiencia real de la autora.
Con motivo de dar publicidad al papel de la Agencia española de Protección de Datos en los casos de difusión de vídeos de contenido sexual, Elvira Sastre comenta en redes sociales que ha sido víctima de un hecho así. El contenido se vuelve viral, y una de las respuestas, la de la joven Sara, inicia una conversación en redes sociales que se acabará convirtiendo en una amistad.
Sara es una joven maltratada por su novio, bastante mayor que ella, y ha sufrido una violación grupal por parte de este y de otros amigos suyos. Además, el video ha sido difundido entre sus amistades. Sara quiere dejar el instituto, pues está en el último curso de bachillerato. Su madre falleció hace poco tiempo, vive con su padre y solo tiene el apoyo de su hermana, quien también iniciará una relación virtual con la escritora.
La relación entre Sara y Elvira se va haciendo más compleja a medida que Sara desnuda su alma y Elvira se vuelca en su sanación. La dependencia por parte de ambas se va haciendo más y más tóxica, hasta que un giro de guion nos deje con la boca abierta.
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