La quinta entrega de Carmen
Mola comienza con la BAC (Brigada de Análisis de Casos) enfrentándose a su
extinción. La inspectora Elena Blanco es acusada (y parecen existir pruebas
concluyentes) del asesinato de un superior, y Zárate, otro de los integrantes
del grupo, está también huyendo, tirando de los hilos que le puedan llevar a
los responsables del asesinato, hace muchos años, de su padre policía. De
hecho, acabará en Liberia, integrándose en un grupo de inmigrantes que trata de
llegar a la costa española en patera.
Todo acaba entendiéndose cuando
la brigada, prácticamente descabezada, averigüe las razones de ser de El Clan,
una organización que está por encima de ellos, integrada en la sociedad tanto
económica como civil o policial, y que se ocupa de ganar dinero cualquier
circunstancia. Como en este caso, lucrándose con la vida y la muerte de los
inmigrantes ilegales que quieren buscar una vida mejor en nuestro país.

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