A principios del
siglo XX nacen dos niños en lugares totalmente opuestos. En una rica familia
bostoniana y en un pequeño pueblo de Polonia. Con todas las comodidades que
puede procurar el dinero y con todas las desventajas que conlleva el ser ilegítimo
y pobre. En común, una inteligencia abismal y una visión de la vida y de los
negocios que les llevará a coincidir y enfrentarse.
La vida de estos dos
niños se desarrollará a lo largo del siglo XX, y mientras crecen, la I Guerra
Mundial tendrá efectos devastadores sobre la vida del niño polaco. Tras
descubrir que su padre es barón y morir todos aquellos a los que ama, tomará su
nombre, Abel, y conseguirá huir a Estados Unidos.
Mientras tanto, Kane
sigue su vida regalada, huérfano tempranamente de padre. Muy joven logra
presidir el banco propiedad de la familia, y muy joven también logra fusionarlo
con otro de mayor entidad, convirtiéndose en uno de los más poderosos banqueros
de Estados Unidos.
Abel se abre paso
poco a poco en el mundo americano. Cuando surge la oportunidad de hacerse con
una cadena de hoteles durante el crack del 29 no dudará y se hará con el
negocio. Lo levantará y se convertirá poco a poco en un hombre a tener en
cuenta en el Chicago de entreguerras.
Pero más de una vez
se enfrentarán estos hombres por asuntos relacionados con sus propiedades. El
odio que conllevará este enfrentamiento, sobre todo por parte de Abel hacia
Kane, estallará cuando sus vástagos se encuentren y se enamoren. El final del
libro sólo puede ser la muerte de ambos, ya ancianos, y sabiendo que cometieron
errores.
Una historia muy
bien enlazada, entretenida, que nos lleva por los sucesos que marcaron la
historia del siglo XX.