La cuarta entrega de
Canción de hielo y fuego se denomina Festín de cuervos. La saga continúa y
los personajes, como siempre, aportan su particular punto de vista. Pero nos
sorprende que esta novela deja abandonados a una serie de personajes. ¿Qué ha
sido de nuestro enano favorito, el inteligente y deslenguado Tyrion Lannister? ¿Qué
pasó con la Mano del Rey Stannis, Davos, el caballero de la Cebolla? Muchos
otros personajes también nos dejan a medias, y la historia se centra en esta
cuarta novela en los sucesos cercanos a Desembarco del Rey. Por un lado, todas
las tramas en las que está envuelta la malvada Cersei Lannister, reina regente
de su hijo Tommen, celosa de la hermosa e inteligente esposa adolescente de éste,
y taimada maquiavélica contra la que se vuelven todas sus intrigas.
Las tierras de Dorne
comienzan a tener su importancia, pues Myrcella, hermana mayor de Tommen, vive
allí, y una serie de intrigas tratan de entronizarla y vengar así la muerte de
Elia, la princesa que murió a manos del Usurpador Robert Baratheon.
Sansa vive en el
Nido de Águilas tras una falsa identidad como hija ilegítima de Meñique,
conspirador consumado en la corte y hoy señor del Nido. Mientras tanto, su
hermana Arya cruza hacia las ciudades libres y allí se encontrará con Samwell,
de la Guardia de la Noche.
Muchos flecos quedan
aún y muchos personajes echamos de menos, pero en la quinta parte de la historia
todos estos mundos se unirán, esperamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario