Mediados del siglo
XVIII es la época elegida por Ildefonso Falcones para ambientar su última
novela, La reina descalza. En los
arrabales de Sevilla, en Triana, se encuentra el barrio gitano y allí se masca
en el aire las disputas entre familias. Las familias que optan por la libertad
y viven en la gitanería (los Vega) y las que tratan de asimilarse a los payos y
viven en el callejón San Miguel (los García).
Melchor, Ana y
Milagros pertenecen a la familia Vega. Melchor, el abuelo, el Galeote, es una leyenda entre los
gitanos, y odia a muerte a los García. Ana, su hija, casada con un Carmona,
siente la sangre Vega, libre, circular por sus venas. Milagros es una joven
preciosa que canta y baila divinamente y pone sus ojos en el hombre equivocado:
Pedro García.
En la historia juega
un papel importante Caridad, una antigua esclava africana que, tras pasar su
vida en Cuba trabajando en el tabaco, consigue la libertad a bordo del barco
que la trae a la península, al morir su amo. Sola, acaba en Triana, donde su
amistad con Milagros y su cada vez más rendida admiración por Melchor la harán
un personaje principal en toda la trama.
Las persecuciones a
los gitanos por parte de la justicia real, el contrabando de tabaco, la vida en
el Madrid del siglo XVIII para una joven cantante así como los malos tratos y
su indefensión ante un mal marido son los pilares que aseguran una historia
estupendamente escrita y que engancha de principio a fin.
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