lunes, 26 de agosto de 2013

Tatiana y Alexander


Tras escapar de la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial, embarazada, sola y echando infinitamente de menos a Alexander, Tatiana huye a Estados Unidos. Allí dará a luz al hijo de ambos, Anthony, y reconstruirá su vida sobre los recuerdos que le quedan de su marido muerto en las áridas tierras de Rusia.
Pero Alexander no está muerto, sino que fingió su propia muerte para que Tatiana pudiera huir. Tras enfrentarse a las acusaciones de espionaje, salva la vida y de nuevo vuelve a primera línea de combate. El frente ruso es espantoso, y tras ser capturado por los alemanes, termina la guerra y Alexander es considerado traidor en su propia patria por haberse dejado hacer prisionero. Acaba en el campo de concentración de Sachenhausen, donde comprende que nunca saldrá a no ser que escape.
Tatiana recibe una señal de que su marido está vivo por una conversación que éste mantuvo con un soldado americano. Comprende que tiene que ir a buscarlo y, bajo su disfraz de enfermera de la Cruz Roja Internacional, se internará en la Alemania ocupada por los soviéticos, conseguirá llegar a su marido y salvarlo de un futuro espantoso.

Mejor que la primera entrega de la trilogía, más ágil y sin centrarse en la historia de amor, sino en las vicisitudes de la guerra en el frente ruso y en el Nueva York de esos años.

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