Bridget Jones tiene
un año más y comienza 1997 con novio: Mark Darcy es el hombre ideal. Guapo,
atento, con dinero, cariñoso… Pero Bridget es incapaz de sortear los
malentendidos, tras años y años de libros de autoayuda, de comentar con las
amigas todos los pormenores de sus relaciones. Así que un par de meses es todo
lo que le dura este novio.
Se suman a sus
desgracias el agujero que hay en su piso, su pelea con una de sus amigas, y el
hecho de que Rebecca, una amiga (o más bien conocida) ataca con toda su
artillería al detectar la debilidad de Bridget, y parece haber vencido. Mientras
tanto, la madre de Bridget vuelve a hacer de las suyas, y tras un viaje a Kenia
se trae de allí un keniata que de nuevo hace tambalear su matrimonio. Las
vacaciones se acercan, y Bridget viaja a Thailandia con su buena amiga Sharon. Todo
se tuerce cuando son engañadas y Bridget acaba en una cárcel thailandesa. Pero
Mark Darcy se pone a investigar y, como buen abogado, en seguida sale de la cárcel,
con casi diez kilos menos tras dieciocho años de esfuerzos.
Una amenaza en forma
de bala vuelve a desatar el pánico en Bridget. Por suerte, de nuevo estará allí
Mark, y todo parece ser definitivamente, un cuento con final feliz.
La pena es que como
he leído recientemente la tercera entrega de Bridget, sé cómo acabará todo…
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